COMUNICADO
Los sindicatos abajo firmantes somos conscientes del intenso debate dentro de la Confederación en torno a apoyar las iniciativas sindicales de las personas que ejercen el trabajo sexual o la afiliación de las mismas a los sindicatos de la CNT-AIT en secciones sindicales propias. Por ello pensamos que para entender esta realidad social es necesaria contextualizarla. Entender quienes y por qué ejercen el trabajo sexual, y el porqué considerar trabajo el trabajo sexual.
Para empezar entendemos que efectivamente, el trabajo sexual es un trabajo. Es decir, las personas que lo ejercen utilizan la fuerza de su cuerpo para dar un servicio. Obviamente es un trabajo asalariado por que este se ofrece a cambio de dinero, una de las bases del sistema capitalista. Hay que entender que por su naturaleza es un trabajo que cosifica los cuerpos en el ideario colectivo, como sucede en el caso de modelos, actrices, azafatas y otros, pero en este caso de una forma muy agresiva. Pese a que lo que se contrata es un servicio, en el ideario colectivo a menudo se piensa que se alquila un cuerpo. Esta cosificación es especialmente relevante en el caso de la mujer, lo que pone de manifiesto su base patriarcal. Dentro del trabajo sexual podemos encontrar una gran diversidad de ocupaciones, desde las prostitutas que trabajan en la calle, en pisos o en clubes, pasando por aquellas que trabajan a través de webcams o líneas telefónicas, les acompañantes, les actrices porno o les asistentes sexuales para personas con diversidad funcional, entre otras. Dejamos claro que dentro del colectivo quedan fuera aquellas personas que lo ejercen como víctima de la trata. Este trabajo puede ejercerse tanto por cuenta propia como ajena, contratando un servicio previamente consensuado. Obviamente, podemos encontrar todo tipo de abusos y explotación, igual que podemos encontrarlos en otros trabajos asalariados, con el agravante de la ya mencionada cosificación.
Es importante atender las distintas opresiones que atraviesan a estas personas, que a menudo condicionan su decisión de ejercer el trabajo sexual, como son: la clase, la raza, su condición de migrantes o su identidad sexual y de género. Gran parte de estas personas ejercen la prostitución porque su abanico de posibilidades laborales es reducido y se ven abocadas a la precariedad, la marginalidad y la exclusión social. El trabajo sexual les ofrece una fuente de ingresos que les permite, no solo subsistir, sino además enviar dinero a sus familias en caso de migrantes, pagarse costosas operaciones para adaptar sus cuerpos a la normatividad sexual en el caso de mujeres trans, además de la flexibilidad horaria, que les permite compatibilizar con otros trabajos o los cuidados a familiares dependientes. Cosas que no podrían hacer con los trabajos precarios a los que su condición social les aboca, y eso en el mejor de los casos de encontrar un trabajo.
Una vez contextualizado debemos analizarlo desde la óptica de nuestros principios anarquistas y del Comunismo Libertario. Dichos principios se oponen a cualquier tipo de trabajo asalariado, apostando por la libre autorganización de la clase obrera para apropiarse de los medios de producción y consumo, para que tenga lugar la Revolución Social y alcanzar un modelo socio-económico basado en la equidad, donde cada cual recibe lo que necesita. La estrategia que la Confederación sigue para alcanzar dicho fin la encontramos en la organización sindical que respete los principios libertarios como son la solidaridad, el apoyo mutuo, la horizontalidad, el asamblearismo, el antiautoritarismo y la acción directa. Si bien es cierto que existen trabajos en el mundo capitalista que tendrían escaso sentido en una sociedad anarcocomunista, y podría pensarse que el trabajo sexual es uno de ellos, por lo menos en varias de sus formas; sin embargo se podría decir lo mismo de otros trabajos, como los ya mencionados de modelo, azafata u otros como comercial, pero ninguno de ellos se cuestiona su afiliación. Si bien es cierto que existen colectivos que no afiliamos en los sindicatos de la CNT-AIT, ya que no los consideramos clase obrera por ser represores de la misma, bajo las órdenes del sistema y del Estado. Tal es el caso del ejército y los cuerpos policiales, por ejemplo. Pero las personas dedicadas al trabajo sexual no son represoras de nadie, antes al contrario, son oprimidas especialmente por las estructuras opresoras estatales.
La cosificación de los cuerpos y la agresividad con la que se produce en el imaginario colectivo al evocar el trabajo sexual, lleva a un posicionamiento especialmente crítico. Esto empuja a muchas compañeras a esgrimir argumentos abolicionistas, una postura autoritaria, punitivista y paternalista, reproduciendo roles puramente patriarcales y todas ellas contrarias a los principios libertarios y a la estrategia anarcosindical, puesto pretende que no se afilie a las personas que ejercen el trabajo sexual como trabajadoras en activo de dicho sector. Esta postura iría en contra de los principios de solidaridad y apoyo mutuo, libertad y autodeterminación. Además aumenta el estigma sobre estas personas, lo que les sitúa en una posición más vulnerable ante la violencia institucional y social. Y finalmente, es contraria a la estrategia anarcosindicalista de apoyar a la autorganización obrera, como ya han empezado a hacer en el territorio estas personas.
Postularse contra aquellas personas que contratan el servicio conduce a una mayor precariedad laboral y sanitaria, poniendo nuevamente en una situación de vulnerabilidad a las personas que ejercen, cerrando aún más su abanico de opciones para ganarse el pan. Además de tener cierto tinte capacitista, si pensamos en el caso de aquellas personas que precisan los servicios de asistentes sexuales. Si embargo, si que resulta interesante el concienciar en la lucha contra la trata, los abusos y agresiones, así como contra el estigma social.
Por todo lo expuesto, los sindicatos abajo firmantes acordamos apoyar la autorganización sindical de las personas que se dedican al trabajo sexual, colaborando con ellas para que se haga desde principios libertarios, afiliando en nuestro sindicato a quienes lo deseen y creando secciones sindicales a tal fin si se estima oportuno. Para que alcancen por si mismas los objetivos que ellas estimen necesarios para su bienestar y emancipación, de acuerdo al principio de acción directa. Participar y desarrollar proyectos sociales para que tengan un abanico más grande de opciones para su subsistencia, más allá del trabajo sexual. Y luchar contra la trata de personas, además de ayudar a que quien ejerza el trabajo sexual, lo haga con las mejores garantías posibles, siempre desde nuestras estrategias de acción directa y apoyo mutuo: boikot, huelga y sabotaje, como si es necesaria montar un pikete ante un club de alterne.
Rechazamos por tanto las propuestas abolicionistas que nieguen la capacidad emancipadora de las personas que se dedican al trabajo sexual, al no reconocerlas como compañeras, impidiendo su afiliación como lo que son: trabajadores del sexo.
SOV CNT-AIT Vega Baixa
SOV CNT-AIT Alicante
SOV CNT-AIT Alcoi
SOV CNT-AIT Tarragona
Sección de Feminismos CNT-AIT Granada