CGT: ¿SINDICALISMO REVOLUCIONARIO O REFORMISMO?

Desde hace unos ocho o nueve años y con insistencia creciente asistimos con estupor a la reagrupación de ciertas organizaciones que, maldisfrazadas de anarcosindicalistas y adoptando simulados pujos de radicalidad frente a los sindicatos oficialistas, vienen planeando una estrategia de acoso a las secciones de la AIT con diversos pasos tácticos, uno de los cuales, el actual, se configura como un intento baboso de envolvimiento de nuestras secciones en acciones inventadas por los reformistas, al objeto de extraer de esa «colaboración» una suerte de aval de «anarcosindicalismo» que les sirva para poder moverse con cierta holgura en el mundo libertario y seguir de este modo intentando involucrar a compañeros incautos y poco avisados en sus prácticas de sindicato integrado por el estado en las elecciones sindicales y Comités de Empresa , en las subvenciones sistemáticas de los gobiernos, en la sindicación de miembros de seguridad del Estado y de los patronos y de funcionarios de cárcel etc., y también camino de otras integraciones políticas, como, de momento, son las elecciones municipales.

Componen el núcleo de este batiburrillo con pretensiones de extensión internacional la SAC sueca, la llamada CNT de Vignoles (Paris) y la CGT de España. Estos son los principales autores de esta atrocidad planeada y representada por sectores que poco tienen de obreros y nada de libertarios. Se podrían comentar muchas cosas de todos estos pseudo-burguesitos amaestrados por la patronal, pero prefiero hablar de los que nos tocan más de cerca que son los de la CGT.

Estos pretendidos «anarcosindicalistas» toman a la asamblea del sindicato como un apunte folklórico para encubrir el carácter de las decisiones tomadas por las altas esferas cegetistas, compuestas por aburguesados traidores a la clase obrera que, para más inri, se ponen la pegatina de anarcosindicalistas.

Su estrategia es una más de las que dan cobertura a la clase explotadora para confundir a los obreros sobre cuáles son la organizaciones que genuinamente defienden a las clases desheredadas del mundo.

Los anarquistas siempre han tenido claro qué modelo de organización sindical han querido para llegar a la emancipación de los trabajadores, y construyeron sindicatos que fueron como baluartes inexpugnables para la difusión de la idea. Ningún anarquista puede colaborar en una organización que, con su voto, delega la acción y la palabra en alguien que se dedica a chupar del bote y a comer la sopa boba mientras dure su candidatura.

Y produce también escándalo que alguna gente, que debería tener las cosas claras y que han elegido ellos mismos una forma antiautoritaria de organizarse, caigan en la trampa de colaborar en ciertas campañas con ese tipo de gente, llegando a un acercamiento realmente repulsivo del que nada bueno se puede esperar.

Lo que yo, por mi parte, tengo claro es que combatiré hasta el final cualquier tendencia reformista que se preste a desarrollarse en mi organización, ya que el desarrollo de ciertas prácticas dentro del sindicato eliminarían el elemento libertario, esencia del proyecto de emancipación obrera.

Con su colaboración en el sistema de control obrero del estado español, la CGT, en su intento, primero, de acercarse y luego de copar el campo de CCOO y UGT, lo único que ha conseguido fue afianzar aun más ese sistema de control por parte del estado.

Está claro que meterse en prácticas reformistas a lo único que llevaría es a la paulatina autodestrucción de la CNT como única fuerza sindical que, históricamente y en su práctica habitual del día a día, ha demostrado ser digna y consecuente con sus planteamientos. Es, por ello, iluso y ridículo intentar tomar posturas en común con organizaciones radicalmente opuestas con nuestro ideario emancipador.

A poco que se analice el contenido militante de CGT, y ello se ve claramente en la práctica de sus congresos y en la última reunión secreta denunciada incluso en La Campana, el peso de los elementos de IU, marxistas y comunistas, dentro de esa organización, es decisivo. Gente que, no hace tanto, rindió homenaje a Enrique Lister en su muerte, Lister, el fatídico personaje encargado por el P.C. de destruir, por orden de Stalin, las colectividades libertarias de Aragón en 1937.

Creo que lo que yo quería decir ha quedado suficientemente claro, esperando que reflexiones lo aquí expuesto y pensando en la actuación inteligente de la militancia confederal, frente a los intentos de destruir nuestra Confederación y nuestra Internacional. ¡ Viva la CNT ! En rumbo constante hacia la emancipación de la clase trabajadora.

J. Casado

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